El primer día en la universidad el profesor se presentó ante la clase y pidió que procuraran llegar a conocer a alguien a quien no conocieran todavía. Un joven se puso de pie y miro a su alrededor, cuando una mano lo tocó suavemente el hombro. Se dio la vuelta y encontró a una viejita arrugada cuya sonrisa le alumbraba todo su ser. -Hola, buen mozo. Me llamo Rose. Tengo ochenta y siete años. ¿Te puedo dar un abrazo? El joven rió y le contesto con entusiasmo: -¡Claro que puede!' Ella le dio un abrazo muy fuerte.-Por qué está usted en la universidad a una edad tan temprana, tan inocente?, preguntó el. Riéndose contestó: -Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener unos dos hijos, y luego jubilarme y viajar. -Se lo digo en serio, le dijo. Quería saber qué le había motivado a ella a afrontar ese desafío a su edad. -¡Siempre soñé con tener una educación universitaria y ahora la voy a tener!, dijo ella. Después de clases caminaron al edificio de la asociación de estudiantes y compartieron un batido de chocolate. Se hicieron amigos enseguida. Todos los días durante los tres meses siguientes salían juntos de clase y hablaban sin parar.
A el le fascinaba escuchar a esta "máquina del tiempo". Ella compartía su sabiduría y experiencia con el. Durante ese año, Rose se hizo muy popular en la universidad; hacía amistades a donde iba. Le encantaba vestirse bien y se deleitaba con la atención que recibía de los demás estudiantes. Se lo estaba pasando de maravilla. Al terminar el semestre invitaron a Rose a hablar en el banquete del equipo de fútbol. -No olvidaré nunca lo que ella nos enseñó en esa oportunidad. Exclamo el joven. Luego de ser presentada, subió al podio. Cuando comenzó a pronunciar el discurso que había preparado de antemano, se le cayeron al suelo las tarjetas donde tenía los apuntes. Frustrada y un poco avergonzada se inclinó sobre el micrófono y dijo simplemente, -disculpen que esté tan nerviosa. Dejé de tomar cerveza por cuaresma y ¡este whisky me está matando!' 'No voy a poder volver a poner mi discurso en orden, así que permítanme simplemente decirles lo que sé.' Mientras todos reían, ella se aclaró la garganta y comenzó: 'No dejamos de jugar porque estamos viejos; nos ponemos viejos porque dejamos de jugar. Hay sólo cuatro secretos para mantenerse joven, ser feliz y triunfar.''Tenemos que reír y encontrar el buen humor todos los días.' 'Tenemos que tener un ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a morir. ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo saben!''Hay una gran diferencia entre ponerse viejo y madurar. Si ustedes tienen diecinueve años y se quedan en la cama un año entero sin hacer nada productivo se convertirán en personas de veinte años. Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año sin hacer nada tendré ochenta y ocho años. Todos podemos envejecer. No se requiere talento ni habilidad para ello. Lo importante es que maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio.''No me arrepiento de nada.
-Los viejos generalmente no nos arrepentimos de lo que hicimos sino de lo que no hicimos. Los únicos que temen la muerte son los que tienen remordimientos.'Terminó su discurso cantando 'La Rosa'. Ella pidió que estudiaran la letra de la canción y la pusieran en práctica en la vida diaria. Rose terminó sus estudios. Una semana después de la graduación, Rose murió tranquilamente mientras dormía. Más de dos mil estudiantes universitarios asistieron a las honras fúnebres para rendir tributo a la maravillosa mujer que les enseñó con su ejemplo que nunca es demasiado tarde para llegar a ser todo lo que se puede ser. "No olviden que ENVEJECER ES OBLIGATORIO; MADURAR ES OPCIONAL."
0 comentarios:
Publicar un comentario
¡Comenta aqui!