La Vida Pasa

viernes, 9 de octubre de 2009

La única tendencia y patrón que he visto que tiene la vida es pasar, no sabe hacer otra cosa y es su mejor oficio. No espera a nadie ni nada, simplemente en el momento que una persona nace arranca y es imposible pararla. Es lo único que sabe hacer y jamas podremos cambiar eso, por el contrario tenemos dos opciones: Hacer su recorrido mas placentero, disfrutando el paisaje y recogiendo los mejores momentos de ese paseo que habrá de agotarse hasta nuestro ultimo aliento o podemos centrarnos en nosotros mismos y hacer miserable la caminata de los demás, quejandonos de lo que no podemos disfrutar sin dislumbrar lo que tenemos.

En el caso muy particular, mi vida siempre fue guiada por la segunda opción, pues era mi trabajo obligado hacer sentir mal a las personas con comentarios ácidos que, si bien la mayoría de las veces eran ciertos, no tenia yo el derecho de decirlo. También basé mis momentos naturales concentrándome en la rabia que me daba el saber que no podía tener aquellas cosas materiales por mi situación. Pero eso no era lo mas grave, aunque así lo parezca; mi problema principal es mi enorme ego.


Mi ego es una concentración de mi persona pero mas grande y sale a relucir en cualquier momento, pues tengo la idea que el universo gira en torno a mi, pero ¿Que tan grave puede ser esto? He de confesar que bastante, pues normalmente a la mayoría de los seres humanos no nos gustan que nos hagan ver nuestros errores -y ese es uno de ellos- y parte de mi "egomanía" consistía en hacer que esos errores fueran mas evidentes ¿Porque? No lo se, pues no soy una mala persona, pero como todos cometo mis faltas y si he de ser totalmente franco disfrutaba haciéndolo igual como un niño disfruta un juego en el que esta ganando; la diferencia es que yo no estaba ganando, salvo el odio, el rencor y la tristeza de quienes me rodeaban.


Me convertí en una especie de cazador de fallos y me alimenté de sus errores y mas aún de sus enojos y corajes, la verdad no tenía ninguna motivación, lo que me movía era la fasinación de ver hasta donde el ser humano es capaz de sentir el filo de la espada en que se convierte su propia ignorancia.


Si bien, ahora puedo decir prudentemente que he cambiado, pues mi vida dejó de concentrarse en la de los demás, y empezó a tomar su propio rumbo. El cambio drástico dejó un par de cicatrices dificiles de borrar, pero he encontrado un nuevo comenzar que me ha abierto los ojos a una realidad donde me preocupo por mi y no tanto por las acciones del ser común.


He aprendido que la vida pasa y lo hace muy rápido, así que mejor he de concentrarme en lo que vale la pena: mi familia y seres queridos, en mis decisiones, en mi Dios y en todas las alegrías que tuve, tengo y tendré y como combatir las amarguras que se presentaran en mi camino. Creo que eso es a lo que se le llama "Calidad de Vida".
Manuel F. González N.

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